domingo, 20 de mayo de 2012

Barcelona. La bomba del Liceo de 1893


Ópera "Adriana Lecouvreur' en el Liceo. Barcelona
Estos días se representa en el Liceo de Barcelona la ópera Adriana Lecouvreur, con música de Francesco Cilea y libreto de Arturo Colautti. Es una coproducción del Teatre del Liceu con la Royal Opera House Covent Garden de Londres, la Wiener Staatsoper, la Opéra de París y la San Francisco Opera. La dirección de escena corre a cargo de uno de los directores más reconocidos del momento, David McVicar.
Luis se encargó de comprar las entradas hace meses y el lunes 14 de mayo, después de trabajar, cogemos el AVE Zaragoza-Barcelona para ir al estreno. En los últimos años hemos ido al Liceo de Barcelona a ver alguna representación, pero es la primera vez que acudimos a un estreno.
Teatro del Liceo. Barcelona
Cada vez que entro en el Liceo me viene a la cabeza y me intriga la figura de Santiago Salvador Franch, un personaje nacido en mi pueblo, Castelserás (Teruel) que el 7 de noviembre de 1893, tiró las dos bombas del Liceo.
Durante mi adolescencia, cuando nos juntábamos las pandillas, salían a relucir historias de castelseranos “famosos”. Hablabamos de Martillo, un bandolero a lo Curro Jiménez que robaba a los ricos para ayudar a lo pobres y que acabó su vida de bandolero montando un chiringuito de playa en Salou y de Santiago Salvador que puso la bomba en el Liceo. Poco más sabía sobre Santiago pero buscando información he podido hacerme una idea del personaje.
Santiago nació en Castelserás en el año 1865. Pertenecía a una modesta familia de pequeños agricultores, apodados los Serranos y los Alfaro que vivian en una casa en la calle de las Calzadas.
Santiago Salvador
Santiago tuvo una infancia difícil. Su familia era algo peculiar, por un lado su padre, Vicente Salvador, estaba más interesado en beber que en trabajar y conseguía dinero amenazando a los ricos de Castelserás, lo que le llevo a la cárcel y murió, ya en la guerra civil, al intentar huir de una cuerda de presos. Un hermano de su padre se suicidó y un hermano de su abuelo, que era sacerdote, también se suicidó antes de cumplir los 33 años, para no vivir mas años que Jesucristo.
Con estos antecedentes familiares podemos imaginar la infancia de Santiago.
 A los 13 años se enfrentó a su padre al que intentó matar, para evitar que siguiera maltratando a su madre.
A los 16 años se fue a Barcelona donde trabajó de tabernero y jornalero. Volvió a Castelserás y junto con otros personajes de Calanda y Alcorisa se dedicó al contrabando de vino y de sal y a adueñarse de lo ajeno. Lo detienen por robo en Castellote y lo llevan a la cárcel de Valencia donde al parecer pasó grandes penurias. De allí se fue de nuevo a Barcelona, donde se asienta definitivamente y se casa.
En Barcelona entra en contacto con los grupos anarquistas a los que pertenecen sus amigos Paulino Pallas y Mariano Cerezuela Subies.
Paulino Pallas descendía de Maella (Zaragoza) y Santiago lo conocía porque juntos habían hecho contrabando de sal. Pallas fue ejecutado el 6 de octubre de 1893 ( un mes ante de tirar las bombas en el Liceo) por el intento de asesinato del Comandante General de Cataluña, el General Martínez Campos. La ejecución de Pallas le marcó profundamente (al parecer intentó recoger el cadáver de su amigo y se lo impidieron).  Mariano Cerezuela era también de Castelserás y fue el que le facilitó los contactos para conseguir las bombas Orsini que tiraría en el Liceo. Cerezuela seria ejecutado el 21 de mayo de 1894 junto con otros cinco anarquistas acusados de colaboración en el atentado del Liceo (aunque ya se había demostrado que no tenían nada que ver).
El atentado en  la portada de un periódico francés
Llovía copiosamente la noche del 7 de noviembre de 1893 en la que Santiago Salvador dejó caer las bombas en el Liceo. Entró al teatro por la puerta lateral de la calle S. Pedro que llevaba directamente a la 4º y 5º plantas. En aquella época el acceso al teatro se realizaba por puertas diferentes y las plantas altas no estaban comunicadas con el patio de butacas.
Santiago subió a la 5º planta con las bombas escondidas bajo el blusón. Esperó hasta el segundo acto (unas dos horas,  incluido el descanso de cambio de decorado). Se representaba en el Liceo la ópera Guillermo Tell y cuando el público aplaudía el final del dúo tiró las dos bombas. Una de ellas no explotó ya que cayó sobre la falda de una mujer muerta por la primera bomba. Murieron 20 personas.
Con la confusión creada, Santiago salió del Liceo y se quedó en la calle viendo cómo eran trasladados los heridos hasta el hospital cercano. Al día siguiente vio pasar el cortejo fúnebre desde lo alto de la estatua de Colón, sin que nadie sospechara de él.
Viendo la repercusión del atentado en los periódicos y la detención de militantes anarquistas que se llevó a cabo en los días posteriores al atentado, decide irse a las afueras de Barcelona. Pasa veinte días en una pensión de Sant Feliu de Guixols y más tarde deja Barcelona y se va a su pueblo, Castelserás, dando un rodeo por Barbastro (Huesca).
En Castelserás se aloja en casa de Antonio Alfaro, un pariente que vivía en la calle mayor (casa Piquero). Antonio Alfaro sería acusado más tarde de ser cómplice del atentado.
Por la boca muere el pez y al llegar al pueblo alardea de ser el autor de las bombas del Liceo y el rumor corre. Se marcha a Zaragoza a casa de su primo Julio Sancho en la calle Idelfonso, 23 2º frente a la iglesia del Salvador.
Bomba Orsini
El gobernador de Zaragoza recibe un telegrama de búsqueda de Santiago Salgado, natural de Castelserás. El inspector Magallón, que era de Castelserás,  pensó que se refería a Santiago Salvador y escribió a su hermano, que vivía en el pueblo, y éste le dijo que Santiago había dejado Castelserás y estaba en Zaragoza.
El 1º de enero de 1894 Santiago es detenido en Zaragoza. No quiso disparar sobre los policías, argumentando que ellos no tenían ninguna culpa. Se disparó en el estomago e intentó suicidarse bebiendo un veneno, pero los guardias se lo impidieron.
En las oficinas de la policía Santiago Salvador confiesa al inspector Magallón su ideología anarquista y la autoría del atentado del Liceo.
Lo llevan al hospital de Zaragoza y estará un mes en la sala de prisioneros, mas tarde lo trasladan a la cárcel de Barcelona donde recibe la visita su mujer, Antonia Colom, con su hija de 14 meses. Esta entrevista le afecta profundamente.
Garrote vil.  Ramon Casas
Se entrevista también con un cura de Castelserás, que le pidió que se confesase, pero Santiago respondió: "si dividieran mi cuerpo en pedazos y a mi cabeza dijéranle te vas a confesar, aunque este brazo (señalando el izquierdo) hallárase a un kilómetro se sublevaría."
La bomba Orsini en la Sagrada Familia. Barcelona
Pasado un tiempo se entrevistó en la cárcel con el padre Goberna y abjuró de sus principios anarquistas y volvió a la religión católica, llenando su celda de estampas, devocionarios y crucifijos. Los grupos católicos y algunos periódicos de la época hicieron campaña para evitar su ejecución, creyendo que Santiago había vuelto a la fe cristiana, sin embargo, el 21 de noviembre de 1894, Santiago fue ejecutado a garrote vil en la plaza de los Cordeleros, renegando de la religión y confirmando sus ideas anarquistas.
Santiago tenía 31 años. Su ejecución causó gran expectación, el público esperó durante horas para ver el final de este personaje que tuvo una vida peculiar y una muerte trágica
La bomba del Liceo también está presente en la Catedral de la Sagrada Familia de Barcelona. Dos años después del atentado, Antoni Gaudí incluyó en la fachada una escultura de un obrero anarquista recibiendo una bomba Orsini de manos de un demonio.
Visitando la tienda del Liceo encontré un interesante documental de Carles Balagué: "La bomba del Liceo" que explica cómo ocurrieron los hechos y los enmarca en la sociedad barcelonesa de finales del s XIX. Inserto el resumen del documental.

3 comentarios:

Amor dijo...

A mi me gusta que cuentes la historia (historietas) de los sitios a dónde viajáis. Lo he leído de un tirón. Con lo dispersa que estoy.

Visitar Barcelona dijo...

Unos amigos de Barcelona me contaron la historia durante un paseo por la ciudad; lo que no sabía es que el relato hubiera trascendido a la Sagrada Familia. Genial artículo.

Pilar Brun dijo...

Muchas gracias por tu comentario. Para mí es una historia especial que me atrae especialmente ya que relaciona un lugar tan emblemático como es el Liceo de Barcelona, con mi pueblo, Castelserás en el Bajo Aragón de Teruel